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Darya von Berner

Alberto García-Alix

1996
Fotografía blanco y negro (1/3)
Medidas: 110x110 cm
A.C.A.C. Técnicas Reunidas S.A.

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Procedencia:
Col. artista / Gal. Moriarty, Madrid / C.A.C.- Museo Patio Herreriano, Valladolid

Firma:
SIN FIRMAR

Exposiciones:
1998 García Alix. Fotografías 1977 -1998, La Fábrica, Madrid

Bibiliografía:
García Alix. Fotografías 1977 -1998, La Fábrica y T.F. Editores, Madrid, 1998, s.p., rep. b/n; Museo Patio Herreriano. Arte Contemporáneo Español, Colección Arte Contemporáneo y Ayuntamiento, Valladolid, 2002, 321, rep.b/n

Comentario:
Alberto García Alix reivindica el acto creativo; la magia de "encontrar" y saber ver de antemano, antes de producirse el disparo, qué va a haber en la fotografía. Para él, este proceso es más valioso e intenso que el resultado final. Cuando el disparador se active, entonces todo quedará fijado y entrará a formar parte del pasado. Ese momento mágico detiene la vida y por eso mismo el artista manifiesta -como hizo Roland Barthes en La cámara lúcida- la melancolía propia de la fotografía, al ser consciente de que lo que se fija en el negativo primero y más tarde en el papel es ya pasado, y de que si bien nos reconocemos en ellos, sin embargo ya no somos los mismos, no podemos serlo. La fotografía es, así, "noticia del pasado". Pero García Alix reclama también la poesía en este registro del recuerdo, que además es también para él una forma de ampliar el conocimiento de las cosas y la sensibilidad ante ellas. Así el ver conduce al comprender, y por ello también al límite de la experiencia. La cámara le obliga a pensar sobre lo que está delante. El hecho de ser traducción de lo que está vivo y al mismo tiempo condenar ese instante de vida a ser pasado, constituye junto con la luz, el fundamento de la fotografía para García Alix. Darya von Berner es una imagen poética y tranquila, basada nuevamente en la idea de retrato, pero sin el modelo. La persona a la que dedica la obra es una artista que vive en Madrid, y la foto recoge un rincón de su casa modulado por la luz. La ausencia no es total: está el título de la fotografía, la casa, los muebles, el ambiente, los objetos. García Alix ha buscado un momento de luz y ha evocado con ello la personalidad refinada y sensible de Darya. En lugar de la imagen literal, juega con evocaciones, con alusiones proporcionadas por los objetos, centrándose en lo que rodea a la retratada, pero sin ella. Una fotografía sin retórica en la que unos pocos elementos logran crear un ambiente intenso. El artista reconoce que sus fotos son concentradas y tranquilas, producto de una cuidada observación del motivo que contrasta con su propio carácter inquieto y nervioso. Para él, la fotografía es un sedante: una forma de "reposar la mirada". CB

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